Introducción
Los recién nacidos con riesgo neurológico son niños que cuentan con antecedentes prenatales, peri- natales o posnatales, y por ello tienen una mayor probabilidad estadística de tener un déficit neurológico, motor, sensorial o cognitivo. La gravedad de las secuelas neurológicas puede ser secundaria a riesgos biológicos, ambientales o mixtos, según el momento de aparición, la intensidad, susceptibilidad del sujeto y la plasticidad cerebral. La presencia de múltiples factores puede crear un efecto de sumación que condiciona la gravedad e influir en el desarrollo neurológico futuro. El principal objetivo de una valoración inicial es la detección temprana de trastornos del desarrollo, con la finalidad de detectar alteraciones neurológicas importantes y observar la evolución de algunos cambios neurológicos que aparecen en los primeros meses, para poder iniciar un abordaje temprano que promueva la integración del niño en un entorno familiar, escolar y social1,2.
Se estima que el 10% de las discapacidades en pacientes pediátricos son secundarias a alteraciones del desarrollo. Habitualmente asociados a problemas de reproducción, genética y parto, con las complicaciones asociadas al periodo pre, peri y posnatal (hipoxia, hemorragia cerebral y prematurez, entre otras). La asfixia perinatal se presenta en 1.6 a 5.3 por cada 100 recién nacidos vivos, es una de las principales causas de morbimortalidad, cuya incidencia se modifica de acuerdo con la edad gestacional, del 0.5% en recién nacidos de término y el 50% en recién nacidos prematuros menores a 30 semanas de gestación. El tratamiento oportuno de alteraciones del neurodesarrollo se enfoca en la base biológica de la evolución del sistema nervioso, donde se sabe que alrededor de las 20 semanas de gestación se completa la proliferación de neuronas. El alto riesgo neurológico es un problema de salud pública en México; se estima que la prematurez se presenta en el 7-8% de los recién nacidos vivos, con una edad de gestación menor a las 37 semanas y el 1-2% nacen con bajo peso al nacer, menor a 1,500 gramos3.
Hasta el 40% de los recién nacidos prematuros pueden presentar otras alteraciones del neurodesarrollo sin parálisis cerebral, tal es el caso del retraso en el desarrollo motor con un desfase en la adquisición de hitos y problemas motores leves a partir de los 2 años manifestado como alteraciones en coordinación y equilibrio, integración visomotora y habilidades manuales, que pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida4.
El déficit auditivo y visual son las alteraciones sensoriales que se presentan con mayor frecuencia en pacientes con riesgo neurológico. Si una pérdida auditiva neurosensorial no se detecta, diagnostica y corrige de forma temprana, puede afectar la adquisición del lenguaje. Por ello se recomienda un estudio de tamizaje mediante emisiones otoacústicas y/o potenciales evocados auditivos automatizados, que nos permita identificar aquellos pacientes con riesgo de presentar neuropatía auditiva5,6. La Comisión para la Detección Precoz de la Hipoacusia Infantil (CODEPEH) de España, sugiere un programa de cribado en cuatro niveles: 1) detección hasta los 15 días de vida; 2) diagnóstico hasta los 3 meses; 3) tratamiento hasta los 6 meses, y 4) seguimiento a partir de los 6 meses de edad7. El Joint Committee on Infant Hearing (JCIH) de EE.UU. propone un algoritmo de evaluación audiológica para los niños que nacen con o sin factores de riesgo para hipoacusia1,8. De acuerdo con este comité previamente se recomendaba realizar tamizaje al mes de edad, diagnóstico a los 3 meses de edad e intervención a los 6 meses de edad, sin embargo en la actualidad se modifican para que estos sean a los 1-2-3 meses respectivamente9.
La detección, diagnóstico e intervención temprana han permitido que los niños tengan mejor acceso al sonido para evitar el retraso en el desarrollo del lenguaje y detectar cuándo no es adecuado para intervenir. Es importante recalcar que no todos los niños van a tener el mismo pronóstico con las estrategias terapéuticas que se elijan, se debe considerar el abordaje integral para mejorar tanto las habilidades comunicativas como otros hitos del desarrollo10.
El objetivo de este estudio es demostrar la importancia del tamiz auditivo neonatal y el impacto que tiene no realizarlo en población con alto riesgo neurológico.
Material y métodos
Se realizó un estudio retrospectivo y descriptivo. Se revisaron 123 expedientes y se consideraron los criterios de inclusión: pacientes hombres o mujeres, con reporte de alto riesgo neurológico detectado desde el nacimiento hasta los 18 años, valorados por los servicios de parálisis cerebral infantil y estimulación temprana y audiología pediátrica en un hospital de tercer nivel ubicado en la Ciudad de México, que contaran con valoración audiológica completa en el periodo 2021-2023.
El protocolo fue aprobado por un Comité Institucional de Investigación y Ética 31/24.
Análisis estadístico
Se realizó estadística descriptiva, obteniendo medias y desviaciones estándar para las variables cuantitativas (edad de ingreso a los servicios de parálisis cerebral infantil y estimulación temprana, edad de ingreso al servició de audiología pediátrica y tiempo de referencia a audiología pediátrica), así como frecuencias y porcentajes para las variables cualitativas (sexo de los pacientes, hallazgos en el tamiz auditivo neonatal de oído derecho y oído izquierdo, diagnóstico inicial y definitivo emitido por el servicio de audiología pediátrica, y diagnóstico inicial y definitivo emitido por el servicio de parálisis cerebral y estimulación temprana). Se construyeron tablas de contingencia para facilitar la visualización de la relación entre las variables hallazgo del tamiz auditivo neonatal y diagnóstico audiológico de oído derecho y oído izquierdo. El análisis se realizó en SPSS Statistics versión 26.
Resultados
Se encontraron 73 (59.3%) pacientes hombres con una edad media al ingreso al servicio de parálisis cerebral y estimulación temprana de 15.4 ± 23.3 meses (0 a 132), y al servicio de audiología pediátrica de 19.2 ± 25.5 (0 a 149 meses), con un tiempo promedio de referencia a los servicios de 2.9 ± 5.1 (0 a 40 meses) (Tabla 1).
Tabla 1. Sexo, edad de ingreso y tiempo de referencia
Características | Porcentaje (%) |
---|---|
Sexo | |
Hombre (%) | 59.0 |
Mujer (%) | 41.0 |
Edad de ingreso al Servicio de Parálisis Cerebral y Estimulación temprana (± DE) | 15.4 ± 23.3 |
Ingreso a Servicio de Audiología Pediátrica (X̅± DE) | 19.2 ± 25.5 |
Tiempo de referencia | 2.9 ± 5.1 |
DE: desviación estándar. |
Se encontró que al 58.5% de los pacientes no les realizaron el tamiz auditivo neonatal y que el 2.4% no pasaron o no superaron la prueba inicial (Tabla 2).
Tabla 2. Hallazgos de tamiz auditivo neonatal
Resultado | Tamiz auditivo OD | Tamiz auditivo OI | ||
---|---|---|---|---|
Pasa (%) | 39.0 | 39.0 | ||
No pasa (%) | 2.4 | 2.4 | ||
No realizado (%) | 58.5 | 58.5 | ||
OD: oído derecho; OI: oído izquierdo. |
En la tabla 3 se observa la asociación entre los resultados del tamiz auditivo neonatal y los diagnósticos audiológicos de oído derecho, de tal manera que de los 48 pacientes con reporte «pasa» se encontró que el diagnóstico más frecuente fue audición normal en 33 (68.75%). Por otro lado, los diagnósticos encontrados en los tres pacientes que obtuvieron «no pasa», destacó que dos (66.66%) no completaron la valoración y en uno (33.33%) se determinó audición normal. Finalmente, para los 72 pacientes a los que no se les realizó el tamiz auditivo, se encontró que lo más frecuente fue audición normal en 39 (54.16%), seguido de 22 (30.55%) pacientes que no completaron valoración y 5 (6.94%) que recibieron diagnóstico de trastorno de espectro de neuropatía auditiva (Tabla 3).
Tabla 3. Contingencia de tamiz auditivo neonatal y diagnóstico audiológico de oído derecho
AN | H-FAN | NCV | HED | TENA | MOM-E | MOI-M-E | |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Pasa | 68.75 | 0 | 25.01 | 2.08 | 2.08 | 2.08 | 0 |
No pasa | 33.33 | 0 | 66.66 | 0 | 0 | 0 | 0 |
No realizado | 54.16 | 2.8 | 30.55 | 4.16 | 6.94 | 0 | 1.38 |
AN: audición normal; H-FAN: hipoacusia por factores adversos al nacimiento; NCV: no completó valoración; HED: hipoacusia de causa sin determinar; TENA: trastorno del espectro de neuropatía auditiva; MOM-E: malformación de oído medio y/o externo; MOI-M-E: malformación de oído interno, medio y/o externo. |
En la tabla 4 se presenta la asociación entre los resultados del tamiz auditivo neonatal y los diagnósticos audiológicos de oído izquierdo. Se encontró que en los 48 pacientes que obtuvieron «pasa», el diagnóstico más frecuente fue audición normal (68.75%). En los que obtuvieron «no pasa», el 100% obtuvo audición normal, y de los 72 a los que no se les realizó el tamiz auditivo, 38 (52.78%) pacientes fueron diagnosticados con audición normal, 22 (30.5%) no completaron valoración y 5 (6.94%) recibieron diagnóstico de trastorno del espectro de neuropatía auditiva.
Tabla 4. Tamiz auditivo y diagnóstico audiológico de oído izquierdo
AN | H-FAN | NCV | HED | TENA | MOM-E | MOI-M-E | |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Pasa | 68.75 | 0 | 29.16 | 0 | 2.08 | 0 | 0 |
No pasa | 100 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 |
No realizado | 52.78 | 2.8 | 30.55 | 5.55 | 6.94 | 0 | 1.38 |
AN: audición normal; H-FAN: hipoacusia por factores adversos al nacimiento; NCV: no completó valoración; HED: hipoacusia de causa sin determinar; TENA: trastorno del espectro de neuropatía auditiva; MOM-E: malformación de oído medio y/o externo; MOI-M-E: malformación de oído interno, medio y/o externo. |
En la tabla 5 se muestran los diagnósticos iniciales y definitivos de oído derecho y oído izquierdo determinados por el servicio de audiología pediátrica. Se destaca que el diagnóstico inicial más frecuente en ambos oídos fue audición normal (68.3 y 69.9%), seguido de hipoacusia de causa sin determinar (18.7%). En el diagnóstico definitivo volvió a destacar en ambos oídos audición normal (59.3%), no completó valoración (29.3%) en oído derecho y trastorno del espectro de neuropatía auditiva (4.9%).
Tabla 5. Porcentaje de diagnósticos iniciales y definitivos de OD
Diagnóstico | Inicial | Definitivo | ||
---|---|---|---|---|
OD | OI | OD | OI | |
Audición normal | 68.3 | 69.9 | 59.3 | 59.3 |
Hipoacusia de causa sin determinar | 18.7 | 18.7 | 3.3 | 3.3 |
Otitis media serosa | 4.9 | 3.3 | – | 0.8 |
Hipoacusia por FAN | 3.3 | 3.3 | 1.6 | 1.6 |
Ototubaritis | 1.6 | 1.6 | – | – |
Microtia | 1.6 | 0.8 | – | – |
TENA | 0.8 | 0.8 | 4.9 | 4.9 |
Malformación de oído externo o medio | – | 0.8 | 0.8 | – |
Malformación de oído interno, medio y externo | – | – | 0.8 | – |
Ningún diagnóstico o no completó valoración | 0.8 | – | 29.3 | 29.3 |
OD: oído derecho; OI: oído izquierdo; FAN: factores adversos al nacimiento; TENA: trastorno del espectro de neuropatía auditiva. |
En la valoración emitida por el servicio de parálisis cerebral y estimulación temprana se encontró como diagnóstico inicial más frecuente el retraso global del desarrollo (59.3%), seguido de alto riesgo neurológico (22%), mientras que en el diagnóstico definitivo vuelve a destacar retraso global del desarrollo (56.1%) y se agrega parálisis cerebral espástica como segundo (19.5%) (Tabla 6).
Tabla 6. Diagnóstico inicial y final emitido por el servicio de parálisis cerebral y estimulación temprana
Diagnóstico | Inicial | Definitivo |
---|---|---|
Retraso global del desarrollo | 59.3 | 56.1 |
Alto riesgo neurológico | 22 | – |
Parálisis cerebral espástica | 10.6 | 19.5 |
Parálisis cerebral mixta | 2.4 | 2.4 |
Parálisis facial | 1.6 | – |
Ninguno o no completó valoración | 2.4 | 4.9 |
Discapacidad intelectual | – | 2.4 |
Capacidad intelectual límite | – | 0.8 |
Traumatismo craneoencefálico | 0.8 | 0.8 |
Trastorno de la coordinación | 0.8 | 0.8 |
Sano | – | 12.2 |
Discusión
Los pacientes con alto riesgo neurológico son una población que tiene mayor riesgo de presentar secuelas sensoriales y motoras por causas multifactoriales que provocan lesiones a nivel del encéfalo y como consecuencia alteraciones en el neurodesarrollo. Las clasificaciones internacionales como la CODEPEH y el JCIH, nos sirven de pauta para valorar audiológicamente a aquellos pacientes con mayor riesgo de presentar hipoacusia7,9,11,12.
En el presente estudio se revisaron 123 pacientes que contaban con pruebas audiológicas subjetivas y objetivas, con una edad media de diagnóstico de 19.2 meses, de los cuales 14 pacientes (11.38%) se diagnosticaron con hipoacusia, pacientes que de acuerdo con el JCIH y la CODEPEH contaban con uno a cinco factores de riesgo. En contraste, un estudio realizado por Morales Ángulo, que estudió 64 pacientes con parálisis cerebral, en los cuales el 37.5% se diagnosticaron con hipoacusia neurosensorial con una edad media de diagnóstico de 23.2 meses, relacionándolo con la dificultad que presentaron para realizar estudios audiológicos confiables por el trastorno motor, retraso mental y crisis convulsivas asociadas13.
En México, la Norma Oficial Mexicana NOM-034-SSA2-2013 recomienda que debe realizarse la prueba de tamiz auditivo neonatal, al egresar o antes de los 7 días de vida, datos que observamos no se llevan a cabo en nuestra población (58.5%)14. Un dato relevante de nuestro estudio fue que únicamente el 41.4% de los pacientes valorados se realizaron tamizaje auditivo al nacimiento; sin embargo, de acuerdo con las recomendaciones internacionales se debe realizar el cribado auditivo neonatal en al menos el 95% de la población con y sin factores de riesgo, ya que al ser una prueba rápida, nos permite integrar en conjunto con las demás pruebas un diagnóstico de forma mucho más certera, evaluando el funcionamiento de las células pilosas externas y permitiéndonos detectar alteraciones a nivel coclear9. De nuestros resultados cobra relevancia que de los pacientes a quienes no se les realizó la prueba de tamizaje, el 15.2% en oído derecho y el 16.6% en oído izquierdo tuvieron hipoacusia y el 30.5% no completó una valoración, por lo que hasta el momento no se ha integrado un diagnóstico, resaltando la importancia de la realización de la prueba al nacimiento, así como de la concientización de la población.
En México se cuenta con el programa de Tamiz Auditivo Neonatal e Intervención Temprana (TANIT), donde se plantea la cobertura total de la detección temprana de hipoacusia, sin embargo se cuenta con la limitante de que no todas las instituciones de salud cuentan con la infraestructura y el recurso para llevarlo a cabo.
En un estudio realizado por Hernández Herrera et al. se evaluaron dos grupos de recién nacidos, el grupo 1 formado por neonatos con factores de riesgo para hipoacusia y el grupo 2 sin factores de riesgo; se encontró que la tasa de hipoacusia con umbral mayor a 40 dB encontrada en la población de riesgo del 88.7% de la prevalencia esperada para ese grupo y en la población sin factores de riesgo del 56% de la prevalencia esperada, demostrando además de la importancia de realizar tamizaje auditivo neonatal en la población en general, su relevancia y utilidad en población de riesgo, ya que se detectó con mayor frecuencia en la población blanco (5%) que en población abierta (2%) (p < 0.05)15.
El cribado auditivo debe realizarse en un periodo de tiempo, para que los resultados obtenidos permitan identificar aquellos pacientes que ameritan una intervención temprana, con una adecuada relación costo-beneficio al prevenir la disfunción y discapacidad en niños. Estos programas de tamizaje deben cumplir con alta sensibilidad y baja especificidad para detectar a la mayor cantidad de afectados y prevenir el retraso en los procesos neurolingüísticos16.
En nuestros resultados se evidencia un alto grado de abandono en el seguimiento de los pacientes, ya que 36 pacientes (29.3%) no concluyeron su valoración. Los motivos por los cuales ocurre lo anterior se desconocen, sin embargo, al ser una población con comorbilidades, sabemos que es difícil llevar un seguimiento estrecho por algunos servicios, y se suele dar prioridad a las cuestiones motoras y múltiples hospitalizaciones. Se considera que se debe recalcar la importancia de un adecuado seguimiento audiológico, ya que de esta forma se puede realizar una intervención temprana en los casos que lo ameritan y restar una discapacidad, mejorando la calidad de vida de esta población.
Al ser pacientes de alto riesgo neurológico ameritan un seguimiento estrecho audiológico durante los primeros 2 años de vida, etapa donde se espera culmine la maduración de la vía auditiva, y no ser evaluados impacta en el desarrollo de los niños. Destaca la importancia del seguimiento a los 2 años para establecer un diagnóstico certero, sin embargo los resultados no son concluyentes, por la falta de seguimiento demostrada, lo que evidencia la falta de concientización en la población17.
Los datos sugestivos de hipoacusia suelen aparecer desde los primeros meses de vida, sin embargo es frecuente que se evidencie o detecte cuando hay un retraso de lenguaje. El tratamiento oportuno de la hipoacusia congénita amerita la detección y diagnóstico temprano, por lo que una prueba de tamizaje auditivo universal puede ser un reto para países en desarrollo y esto limitar los avances con el uso de dispositivos como el implante coclear18.
En México se reportó que el tamiz auditivo neonatal realizado al nacimiento fue del 7.7%, siendo los Estados con mayor porcentaje: Nuevo León (22.7%), Yucatán (22.1%), Sonora (17.9%) y San Luis Potosí (17.7%). En la Ciudad de México, a pesar de contar con 115,727 nacimientos, solo se realizó la prueba de tamizaje en el 6.56%. Estudios epidemiológicos de este tipo nos permite conocer las deficiencias y las zonas más afectadas donde se debería fomentar la importancia en la realización de estos programas19.
Conclusiones
La valoración audiológica de los pacientes con alto riesgo neurológico es parte primordial del tratamiento integral, ya que ayuda a limitar la discapacidad que puede presentar está población.
Es necesario educación para la salud, que evidencie la importancia del seguimiento audiológico, sobre todo en población vulnerable, donde la falta de diagnóstico e intervención impactan en el desarrollo y calidad de vida de los pacientes.
Financiamiento
Los autores declaran no haber recibido financiamiento para este estudio.
Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener conflicto de intereses.
Consideraciones éticas
Protección de personas y animales. Los autores declaran que los procedimientos seguidos se conformaron a las normas éticas del comité de experimentación humana responsable y de acuerdo con la Asociación Médica Mundial y la Declaración de Helsinki. Los procedimientos fueron autorizados por el Comité de Ética de la institución.
Confidencialidad, consentimiento informado y aprobación ética. Los autores han seguido los protocolos de confidencialidad de su institución, han obtenido el consentimiento informado de los pacientes, y cuentan con la aprobación del Comité de Ética. Se han seguido las recomendaciones de las guías SAGER, según la naturaleza del estudio.
Declaración sobre el uso de inteligencia artificial. Los autores declaran que no utilizaron ningún tipo de inteligencia artificial generativa para la redacción de este manuscrito.